s una colección de numerosos ensayos ejecutados en cartulina con temas captados en la vía pública, figuran en ello, los errores, las huellas de sus dedos impregnados de suciedad y pintura sin afectación ni propósito ejecutados en forma espontánea en el momento que surge el motivo que lo inspira.
Otazzo pinta sus disparates a cada hora del día y por cualquier pretexto, dibuja numerosos ensayos en los más diversos tipos de cartulina blanca o sépia; en su residencia Museo de Cagua hay cuadros de estos acumulados por doquier y en cualquier lugar encontramos una serie de cartones caprichosos, algunos esperando para formar parte de una obra y otros que abandona hasta que algún día sean rescatados.
os disparates son llamados así porque cada una de esas realizaciones contiene detalles falsos, detrás de cada expresión del sujeto pueden fácilmente descubrirse inexactitudes que mentalmente reprochamos al autor, pero que constituyen partes para configurar la armoniosa composición del todo. Estos disparates llevan el argumento que habría de servir para un lienzo preconcebido.
En ocasiones suele dibujarlos con tintas negras y a veces de color sobre papel amate de las montañas veracruzanas fabricado por los indios Otomi según sus exigencias, sus tamaños oscilan entre 20 y 100 cm.
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